Por solicitud de un grupo de Laiconvocados, publicamos a continuación un texto del padre Eduardo de la Serna acerca del documento de la Comisión Nacional de Justicia y Paz sobre el tema de la pobreza.
A instancias de estos Laiconvocados el texto se ofrece para iniciar un debate en nuestro sitio web sobre el tema.
1. El tema de "ciudadanía" en lo personal es un tema que no me convoca. Hubo una época en que soñábamos ser "pueblo", ahora nos dicen que debemos ser "ciudadanos"
2. Muchos de los convocados a la firma del documento me resultan absolutamente "no-confiables" . ¿Qué decir de los que aplaudieron lo de "ramal que para, ramal que cierra" y ahora piden trenes?; ¿Qué decir de los que tienen un enorme porcentaje de trabajadores en "negro" y que piden "legalidad"? ; ¿Qué decir de los que alentaron el modelo neo-liberal de los '90 que ahora dicen estar preocupados por la pobreza (que ellos generaron)?
3. El documento me pareció paupérrimo. No hay un diagnóstico y análisis de por qué se ha llegado a esta situación (razonable al ver la lista de firmantes).
4. Es notable notar algunos temas: la palabra "mercado" aparece dos veces y "solidaridad" ¡ninguna!, "justicia" una sóla y "capitalismo" , ¡ninguna!
5. Cuando se denuncia o critica "el modelo", ¿a qué se refiere? No parece ser al modelo capitalista, sino a una "entelequia" o a un aprovechar para criticar al gobierno.
6. Los que creemos que la Argentina tuvo otras épocas más justas, y que a partir del ensayo del "plan Rodrigo", luego instaurado a sangre con Martínez de Hoz del que no se ha salido todavía, y que fue un plan aplaudido por la mayor parte de los firmantes, ¿también estamos convocados a la firma?
Termino con una reflexión bíblica -si no molesta- un discípulo de Pablo dice que "la raíz de todos los males es el amor al dinero", otro discípulo del Apóstol dice que "el amor al dinero (pleonexía) es una idolatría", un profeta de Nazaret, llamado Jesús repite que "no se puede servir a dos señores, no se puede amar a Dios y al dinero". Nada de esto aparece en el documento. ¿Será porque los "adoradores del dinero" son convocados a la firma y no se los quiere molestar? ¿Cómo se puede encontrar consenso entre "Mammon" y el Dios de Jesús? Aquello popular de querer "quedar bien con Dios y con el diablo" me hace "ruido" en este documento. ¿No es a esto que se refería el "dialogista" Casaretto al hablar de "ingenuidad" y el cruzado Aguer sobre "intereses bastardos". Me temo que no.
[Puede parecer que esto me ubica del lado del gobierno, por lo que aclaro que también quisiera ver en un documento sobre la pobreza una crítica a la especulación, a la "renta financiera", al veto a la ley de glaciares, una crítica al juego y una a la minería a cielo abierto, entre otras cosas]
Eduardo de la Serna
Maciel y sacerdotes de la Legión repartieron sobres con dinero en efectivo y dieron regalos a oficiales de la Curia
Un periodista que sigue el caso revela que el fundador de los Legionarios de Cristo repartió sobres llenos de dinero y mantuvo un esquema financiero mediante el cual mantenía su influencia en el entorno de Juan Pablo II, publicó el diario El País de España.
Para granjearse simpatías e impunidad entre las más altas esferas del Vaticano, durante años el fundador de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel , repartió sobres llenos de dinero, pagó por remodelaciones de edificios o caras ceremonias -por ejemplo una familia mexicana pagó 50.000 dólares para asistir a una misa del Papa- y mantuvo un esquema financiero mediante el cual mantenía su influencia en el entorno de Juan Pablo II, revela un artículo publicado por el National Catholic Reporter.
El dinero de Maciel aseguraba el apoyo de tres figuras clave: los cardenales Angelo Sodano, secretario de Estado del Vaticano de 1990 a 2006; Eduardo Martínez Somalo (español), prefecto de la Congregación para los institutos de vida consagrada y sociedades de vida apostólica, y Stanislaw Dziwisz, eterno secretario particular de Juan Pablo II.
El autor del documento, el periodista Jason Berry, califica el escándalo por el que atraviesa los Legionarios de Cristo como uno de los más complejos de la historia del catolicismo, pues Maciel llevaba una triple vida: pederasta que durante décadas abusó sexualmente de niños y jóvenes, padre de al menos tres hijos en dos relaciones diferentes y por supuesto, líder de una congregación que ha acumulado enorme poder e influencia en su corta vida, que inició en México en 1941 pero que hoy agrupa a 2000 religiosos, diversos centros educativos y un patrimonio calculado en 25.000 millones de euros.
Berry es reconocido como el reportero decano en el tema de Maciel. Su artículo en el National Catholic Reporter es la primera parte de un trabajo que develará detalles sobre las finanzas de Maciel y los Legionarios.
Después de investigar en Europa y América durante seis meses, Berry revela en este reportaje que cuando Martínez Somalo se convirtió en "la cabeza de la congregación que supervisaba a los religiosos", Maciel envió a un joven sacerdote a llevar al cardenal un sobre lleno de dinero en efectivo. El reportero consiguió el testimonio anónimo: "Fui a su departamento, le di el sobre, me despedí... Era una manera de hacer amigos, asegurando ayuda en caso de ser necesaria".
Berry cuenta un detalle que resulta ilustrativo de la manera en que Maciel logró influencia entre los poderosos y en el Vaticano. En 1997, una familia mexicana pagó 50.000 dólares para asistir a una misa privada del Papa. El dinero, sostiene el artículo, fue entregado al polaco Dziwisz, el secretario particular de Juan Pablo II.
"Por años, Maciel y sacerdotes de la Legión repartieron sobres con dinero en efectivo y dieron regalos a oficiales de la Curia. En los días previos a Navidad, los seminaristas pasaban horas empacando canastas con caras botellas de vino y brandy, y jamones españoles que costaban cada uno mil dólares", detalla Berry.
"Usaba cualquier medio para alcanzar su objetivo, incluso si eso significaba mentir al Papa o a cualquier cardenal en Roma", declaró el ex legionario Stephen Fichter a Berry.
En el reportaje se establece que Joseph Ratzinger -el actual Papa- fue uno de los cardenales que no aceptaba regalos de Maciel. A su vez, se cuestiona si Juan Pablo II supo o no la manera en que Maciel engrasaba la maquinaria en el Vaticano, lo que a juicio de Berry abre una nueva faceta del escándalo que rodea al fundador de los Legionarios de Cristo: las cuestiones éticas acerca de cómo circula el dinero entre la Curia romana.