Netanyahu alaba la "claridad y valentía" de lo escrito por el Papa
"Era realmente hora de que el líder de la Iglesia Católica hiciera una clara afirmación al respecto"
El pueblo judío no fue responsable de la crucifixión y muerte de Cristo. Los culpables fueron la casta sacerdotal y los secuaces de Barrabás. Jesús no fue tampoco un líder revolucionario, porque su mensaje y su actitud "no constituían un peligro" para el Imperio Romano. En todo caso, propuso un sistema distinto a todos los existentes; no una alternativa política, sino espiritual. Visto con ojos modernos, casi un anarquista.
Estas ideas, que desarrollan lo afirmado por el Concilio Vaticano II, forman parte del libro Jesús de Nazaret. Desde su entrada en Jerusalén a la Resurrección, que saldrá a la venta el próximo 10 de marzo. Las firma el Papa Benedicto XVI, y forman parte de la segunda entrega sobre la figura de Jesús escrita por Joseph Ratzinger.
El texto se considera un gesto de acercamiento del Papa a los judíos, con los cuales la relación sigue siendo muy tensa. El Congreso Mundial Judío ha elogiado hoy al Papa por "haber rechazado de forma inequívoca el argumento de que el pueblo judío debe ser considerado colectiva y eternamente responsable de la muerte de Jesús".
El presidente, Ronald S. Lauder, ha declarado: "Durante muchos siglos, los judíos han sufrido brutales persecuciones y antisemitismo porque los cristianos los tacharon de colectivamente responsables por el asesinato de Jesucristo, a pesar de que él mismo era judío y fue crucificado por los dirigentes romanos. 2.000 años después, era realmente hora de que el líder de la Iglesia Católica hiciera una clara afirmación al respecto. Supone una marca importante contra el antisemitismo en la Iglesia".
Lauder ha añadido, en cualquier caso, que no basta con que un libro del Papa confirme la inocencia de los judíos: "Esto debe convertirse en doctrina oficial de la Iglesia, desde arriba abajo".
El rabino jefe de Roma, Riccardo Di Segni, ha lamentado por su parte que Benedicto XVI "no ha dado todavía respuesta a la historia de los niños que sobrevivieron al Holocausto escondidos en conventos, que fueron bautizados pero nunca fueron restituidos a sus familias o comunidades originales, y a muchos de los cuales se les mantuvo ignorantes de sus orígenes".
Netanyahu
Por su parte, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, elogió al papa Benedicto XVI por exonerar a los judíos de la condena a muerte de Jesús y recordó la importancia que esta acusación ha tenido en la historia del antisemitismo.
"Le alabo por rechazar con firmeza en su reciente libro la falsa acusación que ha constituido una base del odio al pueblo judío durante muchos siglos", señaló Netanyahu en un comunicado.
El jefe de Gobierno israelí manifestó además su "ferviente esperanza" en que la "claridad y valentía" que ha mostrado el pontífice al desautorizar la idea del deicidio judío "refuerce las relaciones entre judíos y cristianos a lo largo y ancho del mundo y ayude a promover la reconciliación para las generaciones venideras".
"Espero verle de nuevo pronto y expresarle en persona el profundo aprecio que le profeso", concluye la nota.
En el libro, del que el Vaticano adelantó ayer algunos capítulos, el Papa señala que, cuando en el Evangelio de Mateo se habla de que "todo el pueblo" pidió la crucifixión de Cristo, "no se expresa un hecho histórico".
"¿Cómo habría podido todo el pueblo (judío) estar presente en ese momento para pedir la muerte de Jesús?", se pregunta Benedicto XVI, quien reconoce que esa errónea interpretación ha tenido "fatales" consecuencias, en referencia a las continuas acusaciones de deicidio a los judíos durante siglos, que propiciaron su persecución.
El Papa agrega que la "realidad" histórica aparece más correcta en los evangelios de Juan y Marcos.
"Según Juan, fueron simplemente los judíos, pero esa expresión no indica para nada que se tratase del pueblo de Israel como tal y menos que tuviera un carácter racista. Juan era israelita, como Jesús y todos los suyos. En Juan esa expresión tiene un significado preciso y rigurosamente limitado, se refiere a la aristocracia del templo (de Jerusalén)", escribe el papa Ratzinger.
Añade que Marcos amplía el cerco de los acusadores a los "ochlos", la masa que apoyaba a Barrabás y que se había movilizado para lograr que fuera amnistiado con motivo de la inminente pascua.
"El verdadero grupo de los acusadores son los círculos contemporáneos del templo y la masa que apoyaba a Barrabás", precisa, de manera categórica.
El Concilio Vaticano II (1962-1965) promulgó la declaración "Nostra Aetate", con la que los católicos retiraron las acusaciones de deicidio contra los judíos.