El sitio Religión Digital acaba de publicar este informe que consideramos de interés para nuestros lectores.
Es el ministro de Cultura del Papa. Y uno de los mejores biblistas de la Iglesia católica. Se llama Gianfraco Ravasi y algunos lo colocan en la rosa de los papables con garantías. Pues bien, esta autoridad curial y de prestigio teológico resulta que acaba de publicar un artículo en el periódico italiano "Il Sole 24 Ore", en el que reivindica al "Jesús" de Pagola en términos muy elogiosos. Tanto es así que el purpurado asegura que "la mejor forma para guiar al lector no técnico en medio de esta selva (de interpretaciones cristológicas) me parece la narrativa realizada en España por dos teologos, Armand Puig i Tarrech (Jesús. Respuesta a los enigmas. San Pablo) y José Antonio Pagola (Jesús. Una aproximación histórica. PPC)". Se puede decir más alto, pero no más claro.
¿Qué va a hacer, ahora, el actual obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, que difundió en la página web de la diócesis de Tarazona, de la que entonces era titular, un informe, en el que desacreditaba por completo la obra y la teología de Pagola, a la que llegaba a acusar de herejías? ¿Qué va hacer, ahora, el secretario técnico de la comisión episopal para la Doctrina de la Fe y obispable, José Rico Pavés, que firmaba dicho estudio?
¿Qué va hacer, ahora, Martínez Camino, con las presiones que ejerció contra PPC y su matriz SM, obligándo a la editorial de los marianistas a no volver a imprimir el libro de Pagola?
¿Quién va a reivindicar, ahora, la figura del anterior obispo de San Sebastián, monseñor Uriarte, que dio siempe la cara por su teólogo y, más aún, colocó su nihil obstat en el libro?
¿Qué van a hacer los "talibanes" que quemaron en la hoguera de sus insultos primero al libro, a Pagola, a la editorial PPC y a SM, Euskadi, teología y hasta a monseñor Setién por extensión? ¿Quién les va a resarcir por los daños causados? Daños y perjuicios económicos, pero sobre todo morales.
Demetrio Fernández, José Rico Pavés y Juan Antonio Martinez Camino deberían salir a la palestra pública y pedir perdón humildemente, reconocer su error, rehabilitar el honor pisoteado del teólogo y de monseñor Uriarte, resarcir a la editorial y...retirarse, los tres en comandita, a un monasterio a rezar. Con saco y sayal durante una larga temporada. O quedarse allí.
Nos alegramos por Pagola, nuestro colaborador, por SM, la empresa que tanto sufrió en este envite, por monseñor Uriarte, que siempre dio la cara por su teólogo, y, sobre todo, por tanta gente que encontró en el libro de Pagola, ahora refrendado por el Vaticano, una fuente de encuentro con el verdedero rostro de Jesús.
Este es el párrafo del artículo del cardenal Ravasi en "Il Sole 24 Ore" del pasado dia 5 de diciembre:
Siamo giunti, così, alla Third Quest, il terzo sentiero aperto nel 1985 e ancora in cantiere: è «il paradigma giudaico postmoderno», come lo definisce Segalla, inaugurato da Ed Parish col suo Gesù e il giudaismo, tradotto da Marietti nel 1992. Alla base c’era la fiducia di conoscere il Gesù storico collocandolo all’interno dell’alveo del giudaismo in cui egli era sorto e vissuto, ma col quale aveva anche segnato discontinuità e originalità. Questo nuovo modello storiografico e teologico, accuratamente presentato da Segalla, ha subito alcune ramificazioni interessanti attraverso il «Gesù ricordato» nella tradizione orale (James D. G. Dunn) e il «Gesù testimoniato» (Richard Bauckham). Ma fermiamoci qui per non disperdere i nostri lettori che comunque rimangono avvertiti della complessità attuale della ricerca, dell’alto livello degli studi storico-critici condotti dagli esegeti, della conseguente volgarità di chi pensa che “cristiano” sia sinonimo di “cretino”, ma anche dei rischi di offuscamento che una simile galassia di analisi può generare. Il modo più trasparente per guidare il lettore non “tecnico” in questa selva rimane forse quello narrativo adottato in Spagna da due studiosi, Armand Puig i Tàrrech (Gesù. Risposta agli enigmi, San Paolo) e José Antonio Pagola (Gesù. Un approccio storico, Borla). Certo è che rimane sempre viva quella domanda che Cristo aveva lasciato serpeggiare nel suo uditorio e che Mario Pomilio aveva posto al centro del suo Quinto Evangelio (1975): «Cristo ci ha collocati di fronte al mistero, ci ha posti definitivamente nella situazione dei suoi discepoli di fronte alla domanda: Ma voi, chi dite che io sia?».
José Manuel Vidal