El Noticiero de Austria dio a conocer esta información sobre un hecho que tendrá graves consecuencias en el gobieno de la Iglesia, porque después de haber sido nombrado Gerhard Wagner, obispo auxiliar de Linz –es decir que fue elegido por el obispo titular de esa diócesis-, el episcopado de ese país, presidido por el cardenal Christoph Schönborn, se reunió y dio a conocer una carta pastoral en la que se hacía alusión al nombramiento. Wagner presentó su dimisión antes de ser consagrado Obispo.

Los obispos diocesanos austriacos se reunieron en una sesión de crisis sobre la situación en la Iglesia católica convocada ya antes de que renunciara sorpresivamente a su cargo el recientemente nombrado obispo auxiliar de Linz, Gerhard Maria Wagner. Este, en un acto inusitado, se vio obligado a pedir al Vaticano que cancele su nombramiento tras la polémica desatada en Austria por sus opiniones ultraconservadoras sobre la homosexualidad, de la que dijo era una “enfermedad curable”, y sobre la legendaria figura de cuentos infantiles Harry Potter, al que calificó de “satánico”. Para Wagner, la devastación de Nueva Orleans por el huracán Katrina fue la consecuencia de una “contaminación espiritual”, y el tsunami en Tailandia e Indonesia algo así como un “castigo” que afectó a miles de personas que estaban de vacaciones en lugar de celebrar la navidad en casa.

En la carta pastoral se pide “mucha sensibilidad” al Vaticano
En la carta pastoral aprobada en la conferencia de los obispos austriacos, se hizo claramente alusión al nombramiento del párroco Gerhard Maria Wagner en un llamamiento indirecto al Vaticano para seguir las directivas oficiales al examinar a candidatos. Wagner no había figurado en la lista de tres candidatos propuesta por la diócesis de Linz, tercera ciudad de Austria. El arzobispo de Viena, cardenal Schönborn, admitió en una conferencia de prensa que en el caso del párroco Wagner se había tratado sobre todo de asuntos de la comunicación. Dijo que se ha tomado nota de la renuncia al nombramiento, e hizo constar que precisamente en tales nombramientos de obispo se necesitará “en lo sucesivo muchísima sensibilidad”.

Se temía una oleada de bajas del censo católico
En Austria, la Iglesia de base y también parte de la jerarquía eclesiástica habían criticado duramente el nombramiento de Wagner, hasta el punto de que la situación amenazaba con transformarse en una oleada de bajas de la Iglesia austriaca, ya afectada en el pasado decenio por escándalos sexuales y de pedofilia. Ya sólo en 2008, más de 40.000 personas abandonaron el registro de fieles, en un país tradicionalmente católico en que de sus 8 millones de habitantes ya solo el 66% se define como católico. Por otra parte, en su pastoral los obispos también se dirigieron a la comunidad lefebvriana pidiéndoles que “tomen la mano tendida“ para buscar la reconciliación.

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