«Si tengo que morir por mis ovejas, voy a morir»

EL OBISPO NAVARRO, JOSÉ LUIS AZCONA, AMENAZADO DE MUERTE EN BRASIL POR MAFIAS DE TRATA DE MUJERES

Cuenta Iñigo Salvoch en Diario de Navarra que José Luis Azcona Hermoso, obispo navarro de la diócesis de Marajó, un archipiélago de islas en la desembocadura del río Amazonas, en Brasil, ha sido amenazado de muerte junto a otros dos obispos del estado amazónico de Pará por su defensa de los derechos humanos y sus críticas a las mafias de tráfico de mujeres y explotación sexual de menores. Uno de los seglares que trabaja con Azcona, también amenazado, ha sido asesinado. Dice que la idea de la muerte le envuelve cada día, pero no va a cejar en la denuncia de los ataques a los derechos humanos en el delta del Amazonas: "Si tengo que morir por mis ovejas, voy a morir".
Las llamadas telefónicas, mensajes anónimos y cartas de amenaza se vienen produciendo desde tiempo atrás debido a las denuncias llevadas a cabo por los religiosos. Incluso ha salido hace unos meses a la luz pública una conversación telefónica grabada por la policía en la que se ponía precio a la cabeza de uno de los obispos: un millón de reales (375.000 euros). Las amenazas han continuado, tal y como explicaba telefónicamente el obispo navarro, de 68 años de edad y natural de Dicastillo, "después de la participación en una comisión de investigación parlamentaria del Estado de Pará".
Hasta le fecha, el obispo navarro ha rechazado el servicio de escolta que le ha ofrecido el Gobierno brasileño "porque es una seguridad relativa. Además estamos marcados para morir muchos más y no todos pueden recibir protección policial", indicó. Azcona ha denunciado también a los narcotraficantes y los "biopiratas" de la fauna y flora de la Amazonía, que usan su diócesis, en el delta del Amazonas, como puerta de entrada y salida.
En la "lista de la muerte" Según el periódico El Liberal de Belém do Pará, el obispo de Marajó, José Luis Azcona (de la orden de los Agustinos Recoletos) se encuentra entre los nombres de la "lista de la muerte" del Estado de Pará. Junto a él también aparecen como amenazados otros dos obispos del mismo estado brasileño de Pará: monseñor Erwin Kräutler, obispo austriaco de la diócesis de Xingu, y Monseñor Flavio Giovenale, obispo italiano de Abaetetuba. La situación ya ha motivado la condena de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil. El episcopado expresó su solidaridad "con los prelados amenazados y con las personas que ellos defienden: "los pueblos indígenas, las mujeres, niños y adolescentes que el tráfico de seres humanos instrumenta, que la explotación sexual vende y las drogas matan".
La diócesis de Marajó comprende la isla de Marajó y varias islas colindantes. El territorio está dividido en nueve parroquias. Monseñor Azcona cuenta con la ayuda de 25 religiosos y 7 sacerdotes.
José Luis Azcona Hermoso (Pamplona, 28 de marzo de 1940) vivió su infancia en la localidad de Dicastillo. Estudió enseñanza media y filosofía en San Sebastián e ingresó en la orden de los Agustinos Recoletos. Fue ordenado sacerdote el 22 de septiembre de 1961 en Roma. En el año 1985 acudió a la misión de Marajó y dos años después fue nombrado obispo en Belem do Pará de la diócesis de Marajó, que abarca una superficie de 83.000 kilómetros cuadrados de islas en el delta del Amazonas. "Es casi la extensión de Portugal. No hay carreteras y las comunicaciones son todas fluviales. Al integrar la Prelatura de Marajó la desembocadura del Amazonas tenemos una de las parroquias más peligrosas del país por sus condiciones geográficas". Cuenta con 500 comunidades de base aunque la distancia desde la sede a alguna de ellas es de hasta 16 horas por barco.
"Si tengo que morir por mis ovejas, voy a morir"
¿Sus denuncias en el Parlamento sobre explotación de menores y tráfico de mujeres están detrás de las amenazas que ha recibido?
Habíamos denunciado hace tiempo en los medios de comunicación la explotación y abuso sexual de menores y el tráfico humano, también de menores. Fui convocado para oficializar esas denuncias en la primera sesión de la Comisión Parlamentaria de Investigación sobre explotación sexual de menores en el Estado do Pará. Con relación a Marajó denuncié la extensión y profundidad de estas prácticas, sobre todo en Breves y Portel, dos municipios muy pobres de la región. La condición pública de estas actividades, de día y de noche en los dos municipios, especialmente en la orillas de los ríos.
¿De qué prácticas está hablando?
Un fenómeno inquietante que denuncié fue la acción de grupos especializados en sacar a las chicas menores de la escuela y orientarlas para estos degenerados sexuales. En muchos casos la responsabilidad directa o indirecta de jueces, policía, fiscales, etc. agrava aún más la situación y la hace muy difícil de ser extirpada.
La repetición de actividades criminales contra los niños y adolescentes en determinado río de la región, Tajapurú, fue también denunciada como lo había sido hace tres años, sin compromiso de nadie para arrancar esta raíz podrida de la sociedad. Adolescentes, ellos y ellas, subiendo en las balsas de transportes que circulan por ese río día y noche para ejercer prácticas de prostitución, vendiendo su cuerpo por unos kilos de carne y unos litros de gasolina... Da un poco la idea de este problema entre nosotros.
¿No es algo que ocurra en el resto del Estado de Pará?
Con relación al Estado de Pará, en general, expuse el parecer de todos los obispos de la región. Según ellos, existe una proliferación creciente de este tipo de abusos en todas las diócesis de la Amazonía oriental. De hecho somos tres los obispos de esta región que estamos marcados para morir. En los tres el motivo es el mismo: haber denunciado esta llaga de la explotación y abuso sexual de menores.
¿Había sufrido amenazas por su trabajo antes de declarar?
Sí, yo sabía que me estaban buscando para matarme por este trabajo. De hecho, otro de los amenazados de muerte, un seglar, ya está muerto.
Han denunciado a las mafias que trafican con mujeres para su explotación sexual ¿Hacia qué destinos o países va dirigido ese tráfico?
Las mujeres que salen de nuestra misión para el extranjero, entre ellas también menores de edad, van para la Guayana francesa, Suriname, o España. Supimos, por ejemplo, por la Policía Federal, que en noviembre de 2007 una chica de nuestra misión de 16 años había sido presa en el aeropuerto internacional de São Paulo en el momento que se disponía a tomar a tomar el avión que la llevaría a Madrid. Interrogada por la policía, dijo que después de algunos días otro grupo de mujeres de su ciudad y otra vecina irían a hacer el mismo recorrido para Madrid. Desgraciadamente según investigaciones de la Policía Federal Brasileña España es un punto de destino de tráfico humano y explotación sexual de brasileñas, tal vez el más frecuentado. ¡Una vergüenza!
¿Cómo concienciar a los ciudadanos de aquí de la gravedad de esta vulneración de derechos? Divulgando abundantemente y sin miedo en los medios de comunicación. Creando conciencia de que es humanamente intolerable esta práctica abominable y denunciando abiertamente, especialmente a los jefes de esta mafias. Además, presionar fuertemente a las autoridades a tomar las responsabilidades que les corresponde con firmeza y radicalidad.
¿En qué condiciones de pobreza viven las personas sometidas a este tráfico?, ¿saben a lo qué se someten cuando viajan?
Viven en condiciones de miseria absoluta, sin un futuro laboral mínimo, provenientes de poblaciones con índices de desarrollo muy bajos, incluso ínfimos. Existe también la miseria cultural y educacional en estadísticas alarmantes. Por ejemplo, uno de los municipios donde más intensa es esta explotación sexual, Portel, tiene un índice de 45% de analfabetos y un elevado número de leprosos. La mayor parte no sabe a lo que las van a someter, van engañadas por promesas falaces.
¿Por qué ha rechazado usted medidas de seguridad como un guardaespaldas?
Sí, no he aceptado guardaespaldas a pesar de ofrecimiento explícito de las autoridades brasileñas. Es algo que aún estoy reflexionando. Por ahora pienso que el tipo de protección que algunas veces ofrecen, como por ejemplo, a uno de los hermanos Obispos de esta región, es deficiente y de poca confianza. Y el riesgo que corren los que ofrecen seguridad es también para ellos muy grande y hasta qué punto se puede pedir protección de quien muerto, va a dejar mujer, hijos. Además, lo que el Estado debe hacer y no hace es investigar quiénes son los que están por detrás de estas amenazas. En nuestro Estado somos 200 personas marcadas para morir. Falta casi completamente investigación.
¿Teme la muerte?
Como nunca, el pensamiento de la muerte me envuelve a toda hora. Es un pensamiento que me ayuda a ver las cosas bajo la luz de lo definido. Por otra parte es un pensamiento sin angustia, ni ansiedad. Gracias a Dios no he perdido un minuto de sueño con este grave problema.
¿Cree que además de las mafias hay intereses políticos?
En la Comisión Parlamentaria de Investigación se vio claramente el interés de los partidos políticos por controlar estas investigaciones en cuanto fue denunciado de pedofilia un Diputado del Parlamento. Hay grandes intereses políticos y económicos. Sí. De ahí la dificultad de una investigación eficiente.
¿Ha recibido apoyo del Gobierno de Lula da Silva?
Lo he recibido en cuanto se me ofreció protección oficial. También por parte de la Comisión que determinó pedir oficialmente protección a mi vida. Veremos cuando llegue el momento oportuno. Sobre Lula, tendríamos mucho que hablar. En concreto, él no se ha manifestado lo más mínimo sobre la situación de los tres obispos amenazados en la Amazonía Oriental. Por otra parte, siendo la Gobernadora de Estado de su partido, él se ve muy condicionado. Le falta ética ciudadana y coraje para superar la dependencia de su partido, el Partido de los Trabajadores (PT).
Habiendo tantas personas señaladas, ¿hay miedo a hablar en el estado de Pará?
Sí, además de los obispos hay más personas amenazadas. No sé cuántas. Existe mucho miedo a que le callen a uno la voz. La ley del silencio prevalece en muchos casos sobre la conciencia y el compromiso con el hermano desvalido. Mucho miedo.
¿Qué le ha aconsejado hacer su orden de los Agustinos Recoletos?
Unánimemente seguir defendiendo los pequeños cueste lo que cueste. Está muy claro para la orden de Agustinos Recoletos que el final del seguimiento de Cristo en nuestras misiones puede ser el de la cruz. Al mismo tiempo, todos ofrecen sus oraciones para que no sea cobarde. Junto con eso, vienen las recomendaciones fraternas a tener cuidado, mucho cuidado.
¿Cómo transmite esta situación a sus familiares de Dicastillo?
Al principio ni les comuniqué nada para no perturbarlos. Cuando ya se hizo público les llamé por teléfono diciéndoles lo que había. Ahora, de vez en cuando los llamo para tenerlos al tanto.
Estos días se juzgaba a algunos de los culpables del asesinato de Ignacio Ellacuría y sus compañeros jesuitas de El Salvador. Ha pasado mucho tiempo. ¿Teme la impunidad de quienes lo amenazan a usted?
La impunidad en este caso y en casos semejantes es un crimen contra la humanidad. La sociedad que la tolera no tiene ya más razones para existir. Supone una desmoralización generalizada del género humano.
¿Qué es lo que les anima a seguir allí, al pie del cañón?
Es Jesucristo. Por él estamos dispuestos a todo. Venga lo que venga. Yo amo a este pueblo. En este rebaño hay muchas ovejas heridas y abandonadas. Si tengo que morir por ellas, yo con la ayuda de Dios, voy a morir.

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